A pesar de que me paso el día en las calles, la orientación no es lo mío. Me pierdo con facilidad incluso por los barrios que más frecuento. Este despiste que me viene de naturaleza me trae muchos problemas y alguna que otra ventaja. La principal ventaja es que me sigo sorprendiendo a diario en mi propia ciudad. En Gràcia siempre me pasa que me encuentro con plazas que creía que estaban en otras calles. Esta mañana, por ejemplo, cuando iba de camino a este piso tan precioso, me he encontrado sin esperarlo entre dos de mis plazas favoritas.
El piso recién reformado tiene 50 m2, con un balcón de 3m2. Está en una tercera planta llena de luz ya que todo es exterior. Tiene dos habitaciones, una de ellas doble, y un baño completo. La cocina está semi abierta. El techo de volta catalana, las paredes de ladrillo y las puertas correderas le dan una identidad súper personal.
¡Os encantará!
- MUEBLES INCLUIDOS
- GASTOS DE COMPRAVENTA NO INCLUIDOS
- Año construcción edificio 1936
¡Muchas gracias!